Materiales:
- Cartulinas blancas tamaño cuartilla ( la mitad de un folio).
- Pintura de dedos
- Cinta de carrocero
- Para la terminación podéis usar rotuladores de colores. Yo utilicé témperas sólidas.
Pasito a pasito:
- Recortamos nuestras cuartillas, y pegamos la cinta de carrocero delimitando el contorno de la maceta. Como veréis, yo las he hecho a ojo, y quedan muy bien cada una diferente. Aunque si queréis podéis hacer un patrón de una maceta en un folio, ponerlo sobre las cartulinas e ir rodeándolo de la cinta de carrocero para hacer todas las macetas iguales. ¿ojo! La cinta de carrocero pega más de lo que parece... Si la pegáis tal cual, al quitarla, es posible que arranquemos parte de la cartulina. Para evitar esto, debéis pegar cada trocito de cinta sobre algo ( pantalón, tela, trapo de la limpieza ...), despegarlo y pegarlo sobre la cartulina. Olvidé echarle foto antes de pintar, pero os dejo esta imagen en la que se ve bien, cómo está puesta la cinta.
- Dejamos que nuestro peque pinte la maceta. No importa que se salga un poco, ya que la cinta de carrocero delimitará la forma de la maceta, y dará margen a que haya "errores". En Córdoba son muy habituales las macetas azules, por eso hemos escogido ese color, pero las podéis poner marrones, o de colores.
- Esperamos a que se sequen y, con mucho cuidado, retiramos la cinta de carrocero.
- Ahora, decoraremos al gusto. Yo en algunas he ido guiando al peque con mi mano, y en otras lo he dejado a su aire, solo dándole indicaciones verbales.
- Una vez se hayan secado las creaciones, pasaremos a lo yo he bautizado: "Mano de madre": En este paso re-decoraremos con ayuda de rotuladores, pintura de dedos, o témperas sólidas. Mirad el antes y el después.
- Por último, las colocaremos en el lugar de la casa que más os guste, dando un toque de color a estos días de confinamiento, y acercándonos a la primavera, que este año, nos estamos perdiendo.
En la foto del principio, aparece también la Cruz de Mayo (muy típicas también en Córdoba) que hicimos hace unas semanas, pero no la puedo quitar, porque a mi peque le ha encantado.
Espero que os haya gustado nuestro patio cordobés, y que os animéis a darle color a este mayo tan diferente que nos ha tocado vivir.
Un abrazo y... ¡Nos vemos pronto por el desván!
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