Para mí, como están mas ricas son fritas que, por cierto, fueron el súper antojazo que tuve en el embarazo de mi peque. Sin embargo no las suelo hacer, por la cantidad de aceite que llevan, lo que las convierte en una opción "no recomendable".
En una búsqueda por darle salida a las citadas berenjenas, salió esta maravilla. Es una receta sencilla con ingredientes muy de andar por casa. Tomad nota y calentad los fuegos, porque estoy segura de que más de uno la va a poner en práctica muy pronto.
¿Qué necesitamos?
- 1 cebolla grandecita.
- 2 berenjenas.
- 2 tomates.
- 180 ml leche.
- Aceite de oliva.
- Sal y orégano al gusto.
- Opcional: 2 huevos.
Pasito a pasito:
- Por un lado, cocemos dos huevos, mientras cocinamos la salsa.
- Para la salsa, pochamos en una sartén la cebolla con el aceite de oliva.
- Añadimos el tomate. Los dejamos unos 20 minutos a fuego fuerte, removiendo para que no se pegue. El tiempo de cocción dependerá de los tomates que se usen. Como mis tomates también son del huerto, tienen mucha agua, y necesitan más tiempo. Los tomates de supermercado suelen ser mas secos. Por eso, el tiempo es aproximado.
- A continuación añadimos las berenjenas a trocitos, unos 6-8 minutos.
- Echamos la leche, la sal y el orégano y lo dejamos unos 5 minutos más.
- Por último, batiremos todo hasta conseguir la textura que más nos guste.
- Solo queda cocer vuestra pasta favorita, mezclar con la salsa y añadirle el huevo a trocitos. ¡¡Os aseguro que repetiréis!!
Truquis del desván:
- Esta receta tal cual, podéis usarla como crema para acompañar otra comida, o para una cena ligerita. De hecho, me recuerda muchísimo a esta crema de la marca Knorr. Para que quede aún más cremosa, se puede sustituir la leche por 2-3 quesitos del caserío o incluso por queso mascarpone.
- Si no os gusta la opción con huevo, se puede cambiar por carne picada o trocitos de pollo (o lo que se os ocurra). Basta con hacer la carne a parte, y añadirla junto a la salsa.
- Si os gusta encontrar trocitos, no sería necesario batir.










